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El Templo Parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción

Podemos considerarlo como estilo Neoclásico racionalista y romántico, imperante en España en la segunda mitad del S. XVIII. Las trazas son originales del arquitecto mas representativo de esta tendencia artística: D. Juan de Villanueva (1739-1811) que trabajó para su Majestad el Rey Carlos IV y fue ferviente partidario de su hijo Fernando VII siendo condecorado con el primer premio de la Real Academia de las Artes de S. Fernando y que preconizaba una vuelta al clasicismo antiguo, líneas puras, formas austeras en aras al monumentalismo para destacar el volumen constructivo, el espacio y la luz, características que observamos claramente en nuestra parroquia. Aunque no se caracteriza este arquitecto por sus obras de carácter religioso, nuestro templo se inspira en el Oratorio del “Caballero de Gracia” de Madrid y en algunos elementos del Museo del Prado y del “Observatorio Astronómico” también en Madrid.

No se trata simplemente de una copia de “lo clásico”, sino de una particular interpretación como la gran columnata interior de tamaño colosal, planta basilical de tres naves con cubierta abovedada en la central de medio cañón, como ideas fundamentales aunque sabemos que existen modificaciones posteriores por partes de los arquitectos Berenguer y D. Justo Millán como ejecutores de las obras, ya que el proyecto original de D. Juan de Villanueva se perdió debido a los avatares históricos de la época. Por ello y en mi opinión, estamos ante el templo neoclásico más importante de toda la comarca y probablemente de nuestra Comunidad Autónoma.

BREVE DESCRIPCIÓN DEL MONUMENTO

Declarado como B.I.C (Bien de Interés Cultural) junto con el antiguo casco urbano de nuestro pueblo que lo rodea, podemos describirlo así:

Planta basilical de orientación N/S, tres naves y presbiterio absidial con dos capillas laterales en la cabecera.

La nave central o mayor de doble longitud que las laterales, un baptisterio a los pies que inicia la nave lateral izquierda y de gran importancia en el siglo XIX la fachada consta de dos cuerpos separados por un dintel clásico, ligeramente volado, el inferior más antiguo que el superior, que sufrió modificaciones.

La PORTADA es sencilla, decorada con molduras y dos pilastras labradas, con modillones, coronada por un frontón triangular también con moldura.

Dos torres de campanas, de base cuadrada y ligeramente ochavadas, óculo y reloj de Sol en la torre oriental, que culminan en dos cuerpos apiramidados con óculos para iluminar y unidos al cuerpo de la torre también con molduras decorativas.

La CUBIERTA, de teja árabe, a dos aguas y a menor altura que las torres, destaca porque se proyecta con seis cuerpos constructivos exteriores, tres a cada lado, cuya finalidad es iluminar las naves laterales y sus bóvedas, llamadas lunetos. El ábside del presbiterio no se continua en el exterior.

En cuanto a los MATERIALES, destacan los grandes sillares bien labrados, cuadrados o rectangulares para el primer cuerpo, con algunas piezas dispuestas “a hueso” pero la mayoría cementadas. En el segundo cuerpo, piedra y ladrillo, enfoscados y revocados en yeso la mayor parte, posteriormente pintado.

En el INTERIOR destaca la magnifica nave central, de gran altura, buscando la luz que penetra por los lunetos, bóveda de medio cañón y ábside semicircular de media naranja, columnata monumental, en columnas de inspiración clásica en los capiteles (equino y collarino), pero con basa, de 1 m de diámetro aproximadamente, siendo los muros y las columnas los principales elementos sustentantes. Las seis columnas, en tres pares, que separan las naves, se disponen con sillares circulares excepto las dos que soportan el coro, que son de una pieza, al que se accede por una escalinata lateral y que debió tener mucha importancia en la inauguración del templo, como espacio musical. También observamos hornacinas en las naves laterales para albergar a las imágenes religiosas.

La DECORACIÓN es muy sencilla, en consonancia con el Neoclasicismo racionalista, predominando el revoque en yeso posteriormente pintado con distintos tonos claros para favorecer la otra gran característica de nuestro templo: la luminosidad e importancia de los volúmenes.

Tras el periodo iconoclasta de la Guerra Civil, se restablece el culto y la devoción a Ntra. Señora de la Asunción con más ímpetu que anteriormente, aunque para continuar con las tradicionales procesiones, era necesaria una nueva talla, que fue donada por Dª Maria del Portillo y Rovira entre 1940-43, hacendada en nuestra Huerta que residía en Valencia. De tamaño casi natural” mide 1´36 m. de altura y 30 cm su peana en madera policromada de melis de primera calidad. Su autor fue el gran tallista imaginero y restaurador D. José Mª Ponsada Bravo, en su taller de Valencia y recoge en la iconografía la idea original más antigua de Villanueva, es decir la representación en “bulto”, aunque de mayores dimensiones con los cuatro querubines a sus pies, como en 1567, elevándola al cielo en un mar de nubes para hacer realidad la inscripción que reza en nuestro templo “Assumpta est Maria in caelum, gaudet exercitus angelorum”. La Virgen en posición de pie, nos relata su Asunción Celestial por obra y gracia de su Hijo Jesucristo, con los brazos abiertos, acepta la voluntad divina como intercesora y Madre, mostrando su belleza en el rostro sin arrebato así como en la proporción de su cuerpo y facciones. Vestida con su manto pintado al óleo y dorados, que simbolizan Santidad, técnicamente está decorada la imagen con el estofado (decoración en oro), imitando tejidos en brocado y dibujos de tema vegetal y geométricos que se obtienen mediante una “raspadura” de la capa base, llamada esgrafiado. Por la Constitución Apostólica de fecha 1- XI-1950 “MUNIFICENTISSIMUS DEUS”, SS. PIO XII proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen Maria y el Congreso Mariológico celebrado en Roma en 2000, los especialistas resaltaban los cuatro dogmas marianos y exaltaban el cuerpo femenino "como fuente de vida".

Esta talla , que hoy procesionamos fue restaurada por D. Dimas Molina en 2001, por el mal estado que presentaba la figura, debido la humedad y al deterioro de la policromía, intentando mantener siempre la sensación de naturalidad y realismo, propios de nuestra cultura. Estimados villanovenses, en este año tan especial para todos, espero haber colaborado con mis aportaciones al mantenimiento y al conocimiento de nuestra identidad como pueblo. Muchas gracias

¡Viva Ntra. Patrona, La Virgen de la Asunción!

Fernando Rodríguez Soler
Cronista Oficial de Villanueva del Río Segura

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